jueves, 14 de agosto de 2014

Del espejito a la tablet

Jacque Fresco dijo alguna vez: "No olvides, estás tratando con gente aberrada. No son responsables de lo que dicen. Son víctimas de la cultura. Eso significa que están influenciados por su cultura". Pues, viendo los medios de comunicación y la sociedad en que vivimos, parece que tiene razón.


                                      Jacque Fresco

Todo el mundo que se autodenomina "civilizado" y "progresista", que viven en ciudades aparentemente con los  problemas subsistencia y comodidades de la humanidad resueltos, también se quejan de otros flagelos como la pobreza, las guerras y la contaminación. Pero no aceptan que ellos mismos lo crean y hasta lo fomentan. También el sistema en el que funcionan dichas ciudades se encarga de que continúe así. Es la Matrix, Velo de Maya o Samsara en su variante terrenal.



El sistema a base explotación indiscriminada de los recursos del planeta a cambio de brindar un supuesto estilo de vida mejor para la gente, usa como herramienta principal la dependencia ilusoria hacia productos que brinden esa supuesta calidad de vida. En pocas palabras, utiliza el consumismo. Pero el sistema del consumismo se evaporaría si no garantizara la venta permanente de sus productos que, en muchos casos, realmente no son necesarios mas los consumidores lo creen así.

Una herramienta eficiente para el trabajo sucio ha sido por mucho tiempo el "mago de la cara de vidrio", llamada así a la televisión, en el libro homónimo de Eduardo Liendo. Yo crecí y fui "educado" como muchos contemporáneos míos por ella, mientras mis padres trabajaban. Disfruté de casi toda la programación que tenía al alcance en señal abierta en aquellos años 80's, cuando aún no existía el cable ni el internet.


Nadie escapa a la influencia de algo o alguien, puesto que estamos diseñados para imitar con el fin de continuar el proceso de aprendizaje. La parte negativa es cuando asumimos lo que estamos imitando como nuestra esencia o personalidad en general. La alienación ha llegado a tales extremos, que los responsables de hacer televisión y los publicistas, imitando el estilo e identidad que se usan en países con un alto grado de consumismo, como EE.UU., al parecer sólo se limitan a copiar estereotipos usados hasta el cansancio y que han funcionado muy bien en la industria gringa, sin esforzarse en buscar originalidad y, sobre todo, identidad.

Entonces llegan al público de consumo comerciales y entretenimiento con valores superfluos y con estéticas ajenas a nuestra idiosincracia, aún siendo hecha por latinoamericanos.



Podemos darnos cuenta de que el estandarte es parecernos a los norteamericanos, ya que nos inculcaron, como dije anteriormente, que la felicidad es proporcional a la cantidad de bienes que adquieras y consumas. ¿Deseas más bienes, más estatus social y felicidad?... ¡Te lo tengo!. El norte es ser como las familias felices, acomodadas y caucásicas que nos presentan.

Married with children
                                  
Katie Kaboom
                                      
Wannabe (vuanabí) se refiere a aquellos que no son pero quieren serlo, aunque sea sólo en apariencia. Puede no haber mucho dinero, pero lo que haya debe servir para aparentar ser un ciudadano o ciudadana del Primer Mundo. Esto lo conocen muy bien quienes manejan los medios de comunicación y buscan implantarlo en la sociedad a través de sus programas o producciones. Lo más fácil es convertir al público en producto también, y todo producto debe llevar una etiqueta para clasificarlo de forma más efectiva. Así que si a unos se les dice wannabe, a otros les decimos tukis, emos, rockeros, otakus, etc,  cada uno de ellos con un mercado específico.

Para los wannabe hay series y mercancía que les place y les deja una posibilidad de ser norteamericano o europeo, aunque sea un contacto sólo por cable o internet. Si no es suficiente con producciones importadas, la sumisa industria local aportará su grano de arena, muchas veces apartando la idiosincracia propia para convertirse en una especie de extensión de las culturas foráneas. Si en el Primer Mundo tiene éxito una serie juvenil con protagonistas cantando hasta cuando van al baño, por estos lares también lo harán.

High School Musical (EE.UU.)
                             
Somos tú y yo (Venezuela)
                                    
Si transmiten otra serie donde ha de aparecer el chico popular, con su amigo nerd y el bravucón de la escuela, nosotros también podemos copiarlo aunque sea totalmente ajeno a nuestra realidad.

Parker Lewis (EE.UU.)
                                    
Sweet Valley High (EE.UU.)


La CQ (México-Venezuela)
                                         


Triste pero cierto. Como dicen por ahí: el que tenga ojos , que vea. ¿Qué está pasando con la televisión y demás medios de la región? Quizás, siempre fue así y ahora es que me doy cuenta de que no andamos bien.

Estamos alienados y nos convertimos en consumistas, que aún teniendo artículos buenos, los desechamos y reemplazamos por los de última generación. El sistema en el que vivimos está perfectamente diseñado para que no puedas escapar de la destrucción que estamos causando.



¿Cómo lo logra? La más mínima acción que realicemos en el día, ayuda a este sistema errado. Si vas por la calle y tienes sed, irás a un establecimiento a comprar agua embotellada u otra bebida, la cual al acabarse dejará una botella vacía que desecharás y se convertirá en materia que no desaparecerá por acción de la naturaleza tan fácilmente.

 ¿Estás en contra de la crueldad y el asesinato? La salchicha que disfrutas comer implica la miserable vida y ejecución de un cerdito confinado en una granja.



El sistema está perfectamente diseñado para que no preguntes de dónde vienen tus placeres, sólo debes preocuparte por disfrutarlos y seguir consumiéndolos. Es ahí donde los medios tienen un arduo trabajo por hacer para mantenernos "felices". Sólo consume, si llegan a agotarse los recursos, buscarán otra fuente para que continúes siendo feliz y seguir manteniendo este sistema.


Entonces la televisión y la publicidad nos clasifican en diferentes tipos de consumidores o "targets". Dichos targets tienen sus propios códigos de lenguaje para ser influenciados, lo que facilita el trabajo en ciertos aspectos. Por ejemplo, si el producto es para el público masculino, hay que remarcar que el hombre debe ser rudo, básico y hasta "salvaje", lo cual le convierte en un triunfador ante las mujeres y sus propios congéneres. No ser así, significa que es un pusilánime o, en tal caso, un afeminado u homosexual, algo muy mal visto en una sociedad que aún no acepta la diversidad sexual en sus integrantes.

Es así, como vemos comerciales y programas donde el hombre debe ser, por presión de la sociedad, prácticamente una especie de niño neanderthal inflado por la edad con necesidades básicas, algo que la publicidad sabe muy bien cómo sintetizar colocando a sujetos que sólo se conforman con sexo, parrillas, cerveza y rock'n roll para sentirse bien.


Creo que estos ejemplos son suficientes para ver la calidad de "creativos" en el mundo publicitario que tenemos. Aún me pregunto cómo las compañías confían su dinero en semejantes anuncios y campañas tan sosas y fuera de contexto. Pero de eso trata el sistema, mientras más ignorante y simplón sea el público, más fácil será venderle los productos.


No somos civilizados todavía, ni siquiera somos evolucionados como creíamos...

Hace 500 años permutábamos nuestro oro por espejitos, ahora cambiamos nuestros recursos e identidad por unas iPads, pero si eso nos hace felices... ¿Qué importa?. El sistema es perfecto y nos creó dependencia a la comodidad que estamos disfrutando. Aunque reaccionemos, aún queda la duda si estamos dispuestos a renunciar a tales comodidades por no continuar con un sistema destructivo.

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