sábado, 14 de septiembre de 2013

Starchaser: La leyenda de Orin o Star Wars estilo Ralph Bakshi




Hola, querido público. Ha pasado muchísimo tiempo desde la última vez que publiqué algo en este portal y, por alguna razón extraña, me volvió la inspiración de comentar sobre algo.

En este caso se trata de una película yankee de los 80's, bastante subestimada, a pesar de ser una de las primeras producciones animadas apoyada por animación 3D y a su vez, hecha para ser vista en visión 3D.

Quizás tanta desestimación se deba a las tantas similitudes con la franquicia de George Lucas (Star Wars), pero en mi opinión, esta obra tiene sus méritos, muy bien hecha para la época en que se estrenó (1985).





Entre dichas semejanzas tenemos a un "elegido": Orin, de origen humilde, tan esclavo como Anakin Skywalker, sólo que éste es obligado a trabajos forzados en una mina subterránea. Tanto él, como su novia Elan y su hermanito ciego Kallie, son vigilados y sometidos por androides armados con látigos láser para extraer cristales preciosos y entregarlos a un supuesto dios enmascarado de nombre Zygon.


El altar de Zygon

Por cosas del destino, Orin se encuentra entre las rocas una extraña espada con joyas en la empuñadura, de la cual aparece un holograma de Obi Wan... perdón... de uno de los espíritus Ka-Khan, quienes otrora defendieron  a la humanidad del dominio de un ser malvado llamado Nexus. La imagen le revela que con esa espada está destinado a salvar a su pueblo y esas cosas, así que Orin y Elan aprovechan de escapar, dejando atrás a Kallie y el resto. Cuando fortuitamente se escabullen en el altar de Zygon, descubren que detrás de todo hay una refinería para los cristales y son atrapados por Zygon y sus acólitos.


Zygon resulta ser un farsante y empieza por matar a Elan, para que no lo descubran. Después de hacer explosionar un contenedor de los cristales tan volubles, Zygon da por muerto a Orin. Éste a su vez logra excavar hasta la superficie de la cual se decía que era un "infierno".


 Orin luego es salvado de los Man-Droids, por un cazafortunas llamado Dagg, el cual lo lleva en su nave mientras planea hacer un robo de los cristales de Zygon y mercadearlos a otros planetas. Además de llevarse los cristales, secuestra a una robot llamada "Silica", la cual reprograma para venderla como esclava.

 Así, viajan hasta el planeta Bordogon y Dagg abandona a Orin a su suerte para vender a Silica en una subasta. Mientras tanto, Zygon pone en venta la cabeza de Orin en toda la galaxia. Orin, por su parte, se encuentra con una supuesta adivina, quien le revela que está destinado a ir a un lugar llamado Novaluna. 

  Orin va a la subasta para rescatar a Silica, pero se encuentra con Aviana, quien también está interesada en la ginoide. Después de ganarle a Aviana, Orin es aprehendido por no tener el dinero que ofreció, pero tanto él como Silica son rescatados por Dagg, después de arrepentirse por lo que hizo.


Dagg, después de otros intentos por vender los cristales que casi le cuesta la vida, es perseguido por los hombres de Zygon, quienes derriban a la Starchaser cerca de un bosque. Dagg es capturado, pero Orin es encontrado inconsciente en otro lugar causalmente por Aviana y su androide. Cuando se recupera, Aviana le revela que es hija del gobernador del planeta Bordogon y usa su computadora para desentrañar el misterio de la espada que porta Orin.

Resulta que el arma tiene milenios y fue decisiva para derrotar a Nexus por los Ka-Khan. Orin decide emancipar a su pueblo en el planeta Trinia y convence a Aviana de ayudarle. Sin embargo, son atrapados por Zygon, quien después de una pelea contra Orin, deja ver que no es más que un robot, una máquina que hace cientos de años atrás se hacía llamar Nexus, aquel ser que quería destruir a la humanidad.


Orin es encerrado en los mismos calabozos en donde se encuentra Dagg, mientras que Aviana es llevada como rehén por Zygon, quien alista su flota para atacar los planetas. Cabe destacar que Orin durante toda la historia es ayudado por unas lucecitas volantes llamadas "starflies", las cuales aparecen de repente y le indican algún mensaje o le llevan la famosa espada hasta sus manos. Siendo esto último, Orin abre un boquete con la espada mágica y libera también a su amigo Dagg.


Es así como ambos emprenden el viaje para salvar la galaxia de la amenaza de Zygon/Nexus y se dividen en dos bandos. Mientras Silica y Arthur (el cerebro del la Starchaser) van por una vía, Orin y Dagg se las ingenian para adueñarse de una de las naves de la flota enemiga.


Después de mucha acción, Orin regresa a las cavernas de Trinia y aparece en el mismo altar donde se presentaba el supuesto dios Zygon. De esta forma, aprovecha de destruir la idolatría hacia el falso dios e incentivar al pueblo a que rompan las cadenas que llevaron toda su vida. No obstante, Zygon reaparece con su teatro, convenciendo a los esclavos a no creer en las palabras del muchacho.

Orin no se queda con esa y pelea una vez más contra Zygon, usando la espada invisible, desenmascarándolo delante de todos. Pero Aviana, quien llega preocupada por Orin, es usada como escudo por el villano y Orin es obligado a desechar la espada. Sin embargo, sólo un alma noble puede activar la hoja del arma, así que Zygon, frustrado, intenta lanzar al precipicio a Orin. Estando a punto de caer, la famosa starfly reaparece y le dice al héroe que no necesita la empuñadura para luchar, ya que el poder siempre ha estado dentro de él.


Al comprender esto, Orin saca todo su ki... digo... la Fuerza... es decir, despertó el tigre que hay en él y con su propia energía materializa una espada, con la cual divide en dos el cuerpo de Zygon y pone fin a su tiranía. El resto de los esclavos hacen lo mismo con sus opresores y los arrojan a la lava. Luego, por un derrumbe ocasionado por el estallido de los cristales volátiles, Orin busca salvar a su pueblo usando la empuñadura de la espada legendaria para abrir una fisura en el techo, haciendo que todos escapen del sitio.


Todos celebran su libertad y poder conocer el mundo exterior. Kallie quiere saber cómo es, ya que no puede ver. Entonces, Orin usa su poder descubierto para curar a su hermano y logra que éste pueda ver a su familia y las maravillas que le rodean.


De nuevo aparecen las starflies y dejan ver que en realidad se trataban de las figuras de los Ka-Khan, quienes siempre han estado protegiéndolos en su odisea. De esta forma, invitan a Orin a que deje su forma humana y se una al mundo espiritual, a lo que éste se opone por querer compartir más tiempo con sus amigos. Así que los Ka-Khan quedan como novia'e pueblo y regresan a las estrellas.

Y colorín, colorado, un final medio abrupto se ha concretado.

Generalmente no me gusta el estilo de animación de ciencia ficción de los gringos, canadienses y europeos en los 80's, porque a diferencia del animé, los personajes lucen muy planos, sin volúmenes, con una animación inconsistente que a veces les hace lucir "gelatinosos". Con un estilo similar a otras obras muy en boga como Fire & Ice, de Ralph Bakshi o Gandahar y Time Masters, de Rene Laloux, en un principio no me inspiraba confianza, pero los diseños, la animación de las naves (las cuales lucen muy sólidas, gracias a la animación 3D) y la personalidad de algunos protagonistas me dejaron pegado durante toda la película. Creí que sería otro bodrio como Titán A.E. o peor aún, Heavy Metal 2000.

Es obvio que tiene elementos inspirados en Star Wars y otras películas del género. La trama no es algo del otro mundo, pero al menos tiene buen ritmo y es entretenida.

 
Orin (Luke Skywalker): Humilde y valiente. Con poderes
secretos y el escogido para salvar al mundo.


 
Aviana (Leia Organa): Heredera de una familia acomodada.
Bondadosa y arriesgada. Amante del Elegido.


 
Dagg (Han Solo): Rudo, avaro y aventurero. Muy 
hábil con las armas y vehículos. Caradura, pero con
buenos sentimientos al final.

 
Silica (C-3PO): Quisquillosa y habladora, su 
personalidad también depende de su programación.


 
Zygon (Darth Vader):Arrogante y codicioso. 
Guarda un misterio de sus orígenes. Elimina sin piedad
a quien le estorbe.


Pues sí, tiene muchos parecidos con Star Wars, aunque se ve un esfuerzo por no calcar tanto, como que la espada no es láser, sino espiritual o que Zygon no usa algún poder para estrangular, sino sus propias manos, entre otras cosas. Aunque pude notar en algunas escenas una melodía muy parecida a la Marcha Imperial de John Williams.



A pesar de ser una obra que está casi en el olvido y que no tuvo tanta repercusión (ni siquiera en Corea del Sur, donde se hizo gran parte de la animación) yo sí la disfruté, quizás por tener todos los elementos que me gustan de una película de ciencia ficción, además de unos androides y naves de diseños agradables y propios de los 80's. Es tanto así, que se ha corrido el rumor de unos productores que están interesados en llevarla a la acción en vivo, debido a la influencia  que esta película causó en su infancia.

Fuentes: www.wikipedia.com.













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